El Club de las Reinas de la Noche

I’ve got the stuff that you want
I’ve got the thing that you need
I’ve got more than enough
to make you drop to your knees
‘Cause I’m the queen of the night
The queen of the night
Oh yeah, Oh yeah, Oh yeah, Yeah

…decía Whitney

Pues aquí me presento ante vosotros, como una auténtica Reina de la Noche

Seguro que, entre vosotras, hay más de una ¿me equivoco?

Si ya sabía yo que las alocadas noches de «tierna Juventud» servirían de algo…

Esa manía por aguantar toda la noche, ser la última en irme a dormir… Todo era un entrenamiento. El previo para lo que me deparaba el futuro.

Sólo hay algo con lo que no contaba: el comodín de «me meto a la cama y no me llames hasta la hora de comer» ya no forma parte del juego.

Las noches me dan miedo.

Me he convertido en la Centinela del Pasillo.

De pronto me encuentro ataviada con ibuprofeno, paracetamol, termómetro, toallas, sabanas limpias y fregona, y todo porque, no me preguntéis el motivo, a los Virus les gusta la noche:

La fiebre asoma más fuerte de noche.

Los vómitos son más intensos de noche.

Las diarreas son más coloridas de noche.

Las toses son más angustiosas de noche.

Los mocos más espesos llegan de noche…

Desconozco el motivo, pero los virus son como han un gremlin al que le das de comer después de media noche. Se descontrolan al ponerse el Sol.

Ando sin dormir de la emoción. Empiezo a pensar que mejor sería arreglarme después de cenar, en lugar de ponerme el pijama.

Mejor invertir en algo de música y una bola discotequera para entonarme, o tendré que pedir la cruz verde al Señor Boticario y colocarla en el pasillo.

¿Alguien me explica por qué?

Pero eso sí: Es empezar a amanecer, oír cantar al gallo, y los virus, si te he visto, no me acuerdo.

Las urgencias de casa se despejan. Todos recuperados y con las pilas cargadas y yo me quedo con mi corona de reina y las ojeras de mapache: «lista para empezar un nuevo día».

La noche me da miedo. La noche me confunde. Ahora, vivo de noche.

Pero tranquilos, ya me estoy acostumbrando, y no es tan grave:

¡Dormir está sobrevalorado! 

¿Alguna reina más entre el público? Seguro que sí. Esto se merece crear un club.

Y recuerden, para protestas, reclamaciones o quejas, o palabras bonitas de esas que tanto nos gustan, llamen al  #555 o, mejor, déjenos sus comentarios 😉

Esther para Emma es una manzana

7 comentarios sobre “El Club de las Reinas de la Noche

  1. Soy la primera inscrita? Que emoción! Por veteranía me toca, y no, no os creáis al primero que os diga que tranquilas, que son los primeros años… Bueno sí, claro, en nuestro caso los primeros SEIS años, casi siete ya. Obvio que no a diario (no estaria aquí para contrarlo) pero que largo se hace cuando no están bien, pobrecitos. Me ha encantado el post (aunque ojalá no hubieras tenido material para escribirlo). Besazo de jueves guapa

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    1. Jajaja!! Te voy preparando el carnet de socia… Dí que sí, mejor hacernos a la idea de que esto es así.
      Voy a confesar algo. Ha sido escribirlo y ¡MAGIA! Noche de relax. Vamos, relax relativo, del que acostumbramos a tener por aquí 😉
      Un beso grande

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