Vacaciones, como la vida misma

No te enfades. Es tu cerebro el que se empeña en vivir soñando con las maravillosas vacaciones que vendrán.

Siempre imaginando planes únicos y especiales. Inolvidables.

Yo reconozco que soy muy, muy de verano. Soy amiga del calor, necesito luz para estar contenta…

Todo es más cómodo (bueno, salvo el calzado, que al principio hace rozaduras)

Y además, en verano, tenemos vacaciones. Las vacaciones buenas, las largas, las que siempre recuerdas… hasta que creces.

Una vez te haces mayor, las vacaciones ya no son tan largas, ni tan buenas, ni tan inolvidables.

Las vacaciones ahora son una etapa intensiva, que también tienes que aprender a vivir en familia.

Palmeras de Cádiz, Manzanas de Ciudad
Como dicen los peques: «Ya se ven las palmera, ya hemos llegado»

No somos una familia modélica, ya lo sabes. Tenemos un problema: no sufrimos ningún tipo de transformación vacacional.

¿Qué quiero decir? Pues que, en vacaciones, seguimos comportándonos como siempre.

No sé nos activa el modo familia ideal de vacaciones.

Antes de esos 15 días de vacaciones, el cerebro empieza a pensar que esta vez sí: Llegarás a tu destino ideal, con tus ideales hijos, tu pareja amorosa, con tu «pelazo» y look ideal, planes, tiempo, amigos… ¡Todo ideal!

Pero no te engañes: no has ensayado ¡seguís siendo los mismos!

Quizá, cuando los peques sean más mayores, y tengan claro el concepto vacaciones, podamos soñar con algo así, por ahora, lo único que cambia es el paisaje, nosotros no.

Como en el día a día…

… Nuestra maleta se prepara deprisa y corriendo, a última hora, con lo que hay limpio en el armario, así que no hay sitio para ese look tipo revista HOLA.

… No hay planificación previa de lo que haremos, lo que ayuda a seguir saliendo tarde de casa y sin saber qué hacer.

… Los niños se cansan de andar, se aburren de ver, se enfadan/pelean… Para ellos un plan puede ser divertido un ratito, pero enseguida quieren ir al parque.

… Hay que seguir pensado en desayunos, comidas, meriendas y cenas…

… La desconexión laboral no siempre es posible, por lo que no consigues evadirte del todo.

Así que, de nuevo, he aprendido una cosa: las vacaciones hay que prepararlas.

Como se suele decir, lo mejor del viaje es el camino.

Dedicar tiempo a los preparativos puede ser divertido, hay que hacer partícipes a todos, y si están bien organizados, seguro que ayudan a disfrutar mejor del plan.

De nuevo, una idea que descubro tarde. Me la escribiré en MAYÚSCULAS para no olvidarla el próximo año. (Por si acaso, ya he comprado la guía de viaje 😉 )

Aunque, para no mentir, aún sin ensayos, este año hemos mejorado:

Hacía muuuuucho tiempo que no pasábamos 15 días los 4 solos, y no lo hemos hecho nada mal. Así que

¡gracias equipo!

Volvería a marcharme mañana mismo, aún sin preparativos 🙂

Seguiremos practicando y seguiremos mejorando

Mi equipo de vacaciones, Manzanas de CIudad
Mis súper compañeros de viaje

Y a ti ¿Qué tal te han ido las vacaciones?

 

Ya lo sabes, me encanta saber tu opinión.

 

Un beso grande,

 

dbe38-esther

2 comentarios sobre “Vacaciones, como la vida misma

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