Es algo que me ha quedado bastante claro:
Las rutinas sientan bien a los niños (diría que incluso a los mayores).
Cuando los pequeños están asentando su forma de ser, tener claro el orden de su día les ayuda a estar más tranquilos, les aporta seguridad.
En casa no creáis que es algo que llevamos bien. Por una cosa o por otra, las rutinas se desordenan y cada día se presenta como una pequeña sorpresa.
Además, con Emma eso es muy variable, Lo que un día parece una idea estupenda, al día siguiente se ha convertido en algo que odia hacer…
Si a esto sumamos la llegada de Martín… ¡caos total!
Es por esto que he pensado que, ya que le gustan tanto los cuentos y dibujos, le voy a preparar sus rutinas a modo de historietas que, sin duda, se aprenderá de memoria (otra cosa es que luego las lleve a cabo). Si cuando se lo cuenta Caillou funciona…
Así que, para no empezar la casa por el tejado, comencemos dando los buenos días:
Objetivo: llegar al cole a tiempo.
Últimamente, levantarse de la cama es una pelea diaria con estos pequeños remolones:
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Y vosotros ¿qué opináis de las rutinas?
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Manzanas de ciudad 