Y, sí, para las dos, el primer espectáculo de Emma, y el mío como mamá.
He de decir que, como a muchísima gente, el precio de la entrada nos echó en un principio para atrás. Desde luego, 26€, por persona era un poco caro.
El plan: Habría que dividirse. Nada de ir los cuatro juntos (¡si querían que pagara entrada hasta Martín, a sus 7 semanas de vida!)
El año pasado, un resfriado impidió que fuese a conocer al famoso Grupo Encanto y su Cantajuego, así que este año no podía perdérselo.
En un principio, no era yo la que iba a ir con ella. Pero papá estaba de baja, y ya conocemos a la pequeña manzana y a su cabezonería… Así que a Martín le tocó ir de paseo con el abuelo, mientras Emma y mamá se preparaban para el espectáculo.
5 minutos antes de entrar, Emma dormía como un tronco en el coche… Esto no prometía mucho. Conseguí despertarla y entramos al auditorio. Era divertido observar cómo, realmente, ella no tenía ni idea de qué era lo que iba a ver. Los «Cantajuegos» siempre estaban en la tele o en el iPad, así que ¿qué pensaría ella?
Desde luego, no había un lleno absoluto (supongo que el precio, y que eran las 16:30, no ayudaba mucho) pero era un ambiente divertido. Muchísimos niños expectantes por ver a su querido grupo.
Cuando por fin llegó la hora, y comenzó el espectáculo, la cara de Emma se iluminó. A mi se me puso un nudo en la garganta al verla. Bueno, un nudo y muchas lagrimillas en los ojos. ¡Qué emoción!
En ese momento comprendí que había sido todo un acierto traerla, y que no me hubiera perdonado no ser yo quien la acompañara.
A partir de aquí, os podéis imaginar. Todas las canciones que oímos a diario una y mil veces, acompañadas de coreografías, disfraces y personajes súper conocidos (al menos, para los que tenemos niños en casa).
Hubo un pequeño momento de estrés: Cuando «el Burro Pepé» y «Coco» salieron al escenario, Emma se agarró a mi con fuerza, muerta de miedo, pidiendo que nos marchásemos. ¿Qué creería que eran?
«Emma tranquila, sólo son unos chicos disfrazados, no hacen nada…»
Pero, cuando por fin la convencí, empezó la diversión. Bailar, saltar, cantar, gritar… Todos los que estábamos allí pasamos más tiempo de pie que sentados. Y cuando digo todos, es todos. Que aquí, los mayores también nos metíamos en el papel..
Al llegar el final, Emma, que ya estaba en el pasillo bailando con otra niña que acababa de conocer, me abrazó y me dijo: «Mamá, estoy muy contenta por haber venido a los Cantajuegos»…¡Ohhhhhh, me la como!
Así que con eso queda todo dicho: ¡Mereció la pena!
Y si para alguno aún no es suficiente, el argumento de papá también es muy convincente:
«Ellos llevan con nosotros desde que Emma empezó a escuchar música y, gracias a Youtube, esta es la primera vez que les pagamos. Igual se lo han ganado ¿no?»
¿Qué más se puede decir? Más razón que un santo.
Ahora, lo que no puedo evitar es que luego mi pequeña cante las canciones como le parece. Esta versión del clásico Cinco Lobitos de Emma, no tiene desperdicio:
¿No es genial?
Y vosotros ¿habéis estado en algún espectáculo infantil?
;0)
Hola guapa! La verdad es que aunque caro…merece la pena. Las mias tb se lo pasaron fenomenal!!
Sigue escribiendo, que me encanta!!
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Reblogueó esto en silviaavilesdotnety comentado:
nada
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