Que digo yo que esto ni es veranillo ni es nada.
Este año San Miguel se ha olvidado el Sol y, por mucho que haga algo de calor, se ha pasado el tiempo de salir en pantalón corto a la calle. Así que, un año después, aquí estamos de nuevo sufriendo al pensar en cambiar de temporada los armarios de la familia. El año pasado lo contábamos aquí.
Cosas del Otoño
Dará comienzo la tragedia de todos los años. Que si siempre tengo la misma ropa, esto ya no me gusta, esto no me vale, que si debería ir a comprarme unos pantalones,… Ya os imaginaréis que eso es lo que ocurre con mi armario. Con el de papá suele ser fácil, no os voy a engañar, y con el de Emma… pues con lo que ha crecido habrá que renovarle todo (pero siempre es mejor esperar y probar).
Con el que he tenido más suerte esta vez ha sido con Martín. Como apenas ha tenido ropa de verano, de hecho casi no ha tenido ropa de su talla (¡qué chico más grande!), el Sábado tuvo la suerte de completar el armario con unos cuantos modelitos.
Imagino que, como con todo, me salvarán de estresarme durante unas semanas, hasta que crezca de nuevo y todo deje de servirle.
Soy de las que piensa que hay determinadas cosas en las que no merece la pena gastar mucho dinero. Y una de ellas, sin duda, es la ropa de los bebés. A todos nos encantan las monerías que se venden para ellos pero, no podemos engañarnos, esa ropa les vale muy poco tiempo y si además son como los míos, que entre caquitas y vómitos, hay que cambiarles 10 veces al día, no tiene sentido dejarse la nómina en grandes marcas. (Cómo se nota que es el segundo, pobrecito mio).
Ojo, aquí quedan excluidos todos los caprichos, que siempre los hay y no podemos castigarnos sin comprar alguno.
Por eso mismo, el Sábado, mientras hacíamos la compra para casa en un hipermercado (vamos, en Alcampo) , pasamos por la sección de bebés y llenamos el carro de bodies (¡5 bodies a 7€ señoras, me los quitan de las manos!), pijamas a 5€, pantalones y camisetas. Y me quedé con las ganas de coger más cosas pero… ya volveré.
¿No está para comérselo?
Pues lo dicho, a cambiar armarios toca. Así que mucha paciencia y ¡a esconder la cartera!
¡Felicidades Miguelillos!
;0)
P.D. ¿Nos contáis vuestras típicas Cosas del Otoño? Las podéis compartir con todos nosotros etiquetadas como #cosasdelOtoñoEM en las redes sociales.