«Ricitos de Oro se sorprendió al entrar en aquella casa, en medio del bosque, y descubrir esas tres pequeñas camas. ¡Qué graciosas eran!»
Y es que las camitas diseñadas para niños son lo más.
Como de costumbre, siempre me gusta lo que no tengo. O mejor dicho, un modelo distinto a lo que ya tengo. Soy inconformista de serie.
Creo que en alguna ocasión ya me he quejado de la compra de la cuna convertible de Emma. Para mi gusto, acaban resultando cunas demasiado grandes e incómodas. Luego, pues sí, son una cama nido como cualquier otra. Eso si no te pasa como a mi y compras un colchón súper alto y dejas la cama inaccesible para niños (con tantas capas de espumas, látex, muelles,.. estos colchones son enormes).
En este punto papá y yo no estamos de acuerdo. A mi no me gusta la idea de que Emma no pueda subir y bajar tranquilamente de su cama, y si fuera por papá, pondría más barreras para evitar que baje (que si no se plantaría en nuestra cama en menos que canta un gallo).
En mi opinión, una cama más pequeña/baja le daría más independencia, más seguridad, y más diversión… Y ya, si encima descubres en el mercado la nueva colección Flexa Play… qué más quieres. ¡La quiero completa!
Pero es que, además, la he encotrado en Smallable (una de mis tiendas favoritas online para niños), y tiene unos precios muy asequibles (PVP 200.66€).
Por supuesto que las mini camas, las que tienen unas medidas para niños, tipo las de IKEA, también me fascinan, pero es que el diseño de éstas me ha enamorado.
Y si ya echáis un ojo al catálogo completo de Flexa (aquí)... ¡De locura!
Para Emma ya he llegado tarde pero quizá sea una opción para reemplazar la cuna de Martín. Aunque vete a saber, para entonces, qué nuevos gustos tengo.
Eso sí, estoy segura de que si hubiese escogido una de este tipo estaría quejándome de los riñones por tener que agacharme tanto.
¡Yo soy así!
;0)
Manzanas de ciudad 
Un comentario sobre “Las camitas de los tres ositos”