Dos horas más…

Siempre que estamos estresados, que no conseguimos llegar a todo, que no logramos organizarnos… solemos decir algo parecido a:

Ojalá el día tuviera más horas.

Y es que, muchas veces, resulta imposible completar la cantidad de tareas que planeamos.

Necesitamos días de 25, 26, 27, 28 horas…

Imposible de conseguir ¿verdad?

Sin embargo, Señores y Señoras, este año es el regalo que nos han hecho los Reyes Magos o, más bien, nuestra pequeña princesa Emma:

Acaba de aprender a dormirse sola, y lo más emocionante es que, además, lo hace antes de las 9:30 de la noche.

¡Smile!

A muchos igual os suena raro, o parece una tontería, pero creedme, esta noche he dormido de un tirón, por primera vez en muchííííííííísimo tiempo, ¡8 horas seguidas!

Dentro de poco lo notaréis en nuestras nuevas caras relucientes y «saneadas» (un auténtico tratamiento de botox casero).

Y ¿cómo ha sido? Pues eso es lo mejor (o lo peor), porque ha resultado súper sencillo. No sabría si llamarlo «Duérmete niño» (que nos daba un miedo horrible ponerlo en marcha), o «Determinación«, que al final es lo que ha primado en el proceso, además de aguantar poco más de dos días de 10 minutos de lloriqueos en la cama. ¡Y listo!

Simplemente, Emma estaba preparada y nosotros no nos habíamos dado cuenta.

Hemos recibido toda clase de lecciones y consejos sobre cómo conseguirlo, pero no es hasta que los papás están preparados cuando puede conseguirse.

Lo que ahora tenemos claro es que, para futuras ocasiones, intentaremos empezar antes…

Esto es algo que no te pueden enseñar, se aprende por uno mismo.

Eso sí, todo el mérito se lo damos a papá, que es quien ha aplicado cabeza y fuerza de voluntad; yo era mucho más débil.

¡Felices Sueñosssszzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz!

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