Me encanta el momento de ir conduciendo.
¿No es alucinante la de cosas en las que puedes llegar a pensar?
Y no, no me refiero al placer de conducir. Cuando voy sola conduciendo, soy capaz de tener las charlas más fascinantes conmigo misma. En ese momento mis argumentos suenan de lo más convincentes. Discusiones, conversaciones en inglés (esas son lo más, qué bien que me explico entonces),…
También es el momento perfecto para planificar el día. Y para desarrollar nuevos proyectos. Son tantas cosas las que, de hecho, a veces me da miedo… Ojito con despistarse en la carretera.
Hoy, por ejemplo, mientras volvía de trabajar, se me ha ocurrido la reforma definitiva para el salón.
Quien me conoce, y ha convivido conmigo, habrá sufrido, en algún momento, mi peculiar manía de cambiar los muebles de sitio. Si no me convence la disposición, toca cambio. No lo puedo evitar. Una y mil veces.
Pues eso, que hoy le ha tocado el salón. Y le hemos dado otra vuelta completa (de hecho, creo que es la tercera vez que todo cambia de posición). Una tarde de reforma exprés, pero sin gastar dinero.
Estas son las cosas que más me entretienen. Eso sí, al resto puede llegar a desesperarles…

;0)
P.D. Y porque la vida es más seria que todo esto que yo cuento, y hay situaciones horribles en el mundo, hoy me despido con una petición:
Ya hay 11,3 millones de personas afectadas por el tifón en Filipinas. Nuestra prioridad en estos momentos es actuar lo más rápido posible para salvar la vida de los 4 millones de niños afectados. Ya hemos movilizado alimento terapéutico para los niños, kits de salud, de agua e higiene y mucho más está por llegar. Necesitamos tu ayuda.
Cada momento cuenta para salvar la vida de estos niños. Envía UNICEF al 28028 o dona aquí. http://bit.ly/16Z1NtJ
No asustarse .lo de Esther es genético.
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